Comprometerme me cuesta mucho.
Comprometerme a los otros, a la vida, a mi misma.
Para mi, comprometerse ha sido siempre sinónimo de encadenarse, de perder libertad, de someter la voluntad de algún modo.
Pero lo cierto es que comprometerse es darle a tu vida un objetivo, un sentido para vivirla.
Adquirir un compromiso te obliga a la acción, impidiendo que caigas en la desidia. En vez de restarte libertad, ganas alianzas.
Requiere de grandes dosis de humildad para reconocer los propios límites y el respeto por lo ajeno. Es lealtad y comprensión. Significa ir más allá de uno mismo, ser el ancla que se afianza en la tormenta.
Comprometerse tiene mucho de entrega, de paciencia, de amor; por los otros, por la vida, por ti misma.
Iria Né Zák