He aprendido que el miedo y las inseguridades nacen ante la perspectiva de cumplir las expectativas que otros ponen o creemos que ponen en nosotros. Y eso sí que es un error. Nunca harás nada que esté al gusto de todos; siempre tendrás admiradores y detractores. Si has de cumplir las expectativas de alguien, han de ser, desde luego, las tuyas, y a veces, ni eso.
No has de demostrar nada a nadie. Lo que opinen o piensen los demás es problema de ellos. La visión que tengan de ti estará siempre sesgada por sus propias creencias idealizadas o limitantes. Lo único que de verdad importa es que cualquier cosa que decidas realizar, desde tus actos más cotidianos a los más grandes proyectos de tu vida, los hagas desde el corazón y disfrutando con ello.
Partiendo de esa premisa sin duda alguna sacarás lo mejor que hay en ti, de forma natural, sencilla y honesta. ¿De verdad crees que puedes hacer mal algo que surge de tu interior con tanta pasión e integridad? Y si aun así te equivocas, no pasa nada. No lo tomes como un error, sino como una forma de aprender para hacerlo mejor, evolucionar y seguir creciendo.
Así que, como sus expectativas no son las tuyas, relájate, vive y disfruta.
Iria Né Zák